Inmensas hojas lanceoladas se levantan tras la espalda de Frida, que mira al espectador, como siempre, con una franqueza que en ocasiones te obliga a retirar la vista. Lóbulos de diversos verdes, ocres y amarillos divididos por unos nervios gruesos y carnosos. Y, sobre ellos, cielos plomizos que auguran un diluvio. En todos los cuadros el follaje le sirve de fondo a Frida, como si se tratase de un muro infranqueable, de un escudo protector del que ella se aprovecha para separarse de un mundo en el que tanto daño le han hecho.
esta chida su idea de hablar de arte, pero somos chavos amigas dejenos arte moderno o urbano porfa
ResponderEliminarescrito por manuel gonzalez
¡Hola!
ResponderEliminarChavas me sorprenden abordaron un tema demasiado interesante y de gran importancia para la cultura actual.
Frida Kahlo es una de mis pintoras favoritas. Muy bien por tomar este tema les deseamos la mayor suerte.
¡Sigan con su inspración!
Atte.:
Jessy, Violeta, Marijo, July